La dieta mediterránea
Publicado: 22/04/2022
Por Paula Llofriu García
La dieta mediterránea es una buena referencia para seguir a diario debido a la gran variedad de alimentos de calidad que incluye
El concepto de “dieta mediterránea” fue creado por médicos norteamericanos. Su descubrimiento científico se remonta al año 1948 cuando Leland Allbaught, epidemiólogo estadounidense asociado a la Fundación Rockefeller, consagró un estudio a los diferentes aspectos de la vida cotidiana de los habitantes de Creta, entre los cuales se encontraba su alimentación. Sin embargo, fue a partir del año 1960, con los trabajos realizados por Ancel Keys, que la dieta mediterránea fue reconocida como modelo de alimentación saludable.
La dieta mediterránea incluye una alimentación rica en verduras, legumbres, pescado, carnes blancas, arroz y frutos secos. El consumo de carnes e hidratos de carbono se reducen y se aumenta el consumo de vegetales, así como también de grasas monoinsaturadas.
No existe una dieta mediterránea única, pero se considera que sus principales características son el alto consumo de grasas, principalmente en forma de aceite de oliva virgen extra; el elevado consumo de cereales no refinados, fruta, verdura, legumbres y frutos secos; el consumo moderado-alto de pescado; el consumo moderado-bajo de carne blanca y productos lácteos, principalmente en forma de yogur o queso fresco. También fomenta el bajo consumo de carne roja y productos derivados de la carne, y el consumo moderado de vino con las comidas.
La proporción de macronutrientes en esta dieta a nivel general oscila entre grasas un 30-40%, proteínas un 15% (un gramo de proteína por kilo corporal magro) e hidratos de carbono un 40-50%. En cuanto a sus micronutrientes es baja en grasas saturadas y alta en grasas monoinsaturadas, contenida principalmente en aceite de oliva. Es una dieta balanceada en grasas poliinsaturadas (omega 6 y omega 3). Es baja en proteína animal y rica en antioxidantes, fibra y fitoquímicos. Algo que cabe destacar de la dieta es que no solo contempla aspectos alimenticios, sino hábitos de vida saludables como el ejercicio físico y el clima propio de los países próximos al mar Mediterráneo. Es poco habitual que en una dieta se tengan en cuenta aspectos más allá de las macros, micros y kilocalorías, y bajo mi parecer es algo fundamental.
Las ventajas de seguir una dieta mediterránea son que ayuda a mantener un peso saludable, disminuye el riesgo de enfermedades del corazón, presión arterial alta y niveles elevados de colesterol LDL, protege contra la diabetes, contra la enfermedad de Alzheimer y contra la enfermedad de Parkinson, mejorar la salud ocular, reduce el riesgo de enfermedades dentales, propicia la fertilidad, enriquece la función cerebral, protege contra las enfermedades crónicas (reduce el riesgo de síndrome metabólico) y un largo etcétera.
En cuanto a los aspectos no tan positivos entramos en el tan permitido “vino del medio día”, sustancia recomendada que considero prescindible sin lugar a duda. El alcohol no debería estar presente en ningún tipo de dieta debido a los posibles riesgos que pueden suponer para la salud.
Esta dieta es aconsejable también para prevenir y/o paliar ciertas patologías. Para la prevención y tratamiento de la obesidad, la diabetes (PREDIMED) y para conseguir beneficios cardiovasculares. Además, varios estudios demuestran que la dieta mediterránea actúa como protectora contra algunos tipos de cánceres. Se observó que la dieta mediterránea prevenía y reducía un 24% la mortalidad por cáncer durante el seguimiento de cerca de 22 000 individuos durante más de 4 años. De hecho, se ha planteado que la dieta Mediterránea podría prevenir un 25% de los casos de cáncer colorrectal, un 15% de cáncer prostático y endometrial y un 20% de cáncer mamario.
Para concluir, la dieta mediterránea es una buena referencia para seguir a diario debido a la gran variedad de alimentos de calidad que incluye. Además, es una dieta que propicia el consumo de producto de temporada, proximidad y kilómetro 0, algo imprescindible para subir el sistema inmunitario y las defensas del cuerpo humano.
Paula Llofriu García
Periodista y Comunicadora
Especialidad en Salud
La dieta mediterránea
Publicado: 22/04/2022
Por Paula Llofriu García
La dieta mediterránea es una buena referencia para seguir a diario debido a la gran variedad de alimentos de calidad que incluye
El concepto de “dieta mediterránea” fue creado por médicos norteamericanos. Su descubrimiento científico se remonta al año 1948 cuando Leland Allbaught, epidemiólogo estadounidense asociado a la Fundación Rockefeller, consagró un estudio a los diferentes aspectos de la vida cotidiana de los habitantes de Creta, entre los cuales se encontraba su alimentación. Sin embargo, fue a partir del año 1960, con los trabajos realizados por Ancel Keys, que la dieta mediterránea fue reconocida como modelo de alimentación saludable.
La dieta mediterránea incluye una alimentación rica en verduras, legumbres, pescado, carnes blancas, arroz y frutos secos. El consumo de carnes e hidratos de carbono se reducen y se aumenta el consumo de vegetales, así como también de grasas monoinsaturadas.
No existe una dieta mediterránea única, pero se considera que sus principales características son el alto consumo de grasas, principalmente en forma de aceite de oliva virgen extra; el elevado consumo de cereales no refinados, fruta, verdura, legumbres y frutos secos; el consumo moderado-alto de pescado; el consumo moderado-bajo de carne blanca y productos lácteos, principalmente en forma de yogur o queso fresco. También fomenta el bajo consumo de carne roja y productos derivados de la carne, y el consumo moderado de vino con las comidas.
La proporción de macronutrientes en esta dieta a nivel general oscila entre grasas un 30-40%, proteínas un 15% (un gramo de proteína por kilo corporal magro) e hidratos de carbono un 40-50%. En cuanto a sus micronutrientes es baja en grasas saturadas y alta en grasas monoinsaturadas, contenida principalmente en aceite de oliva. Es una dieta balanceada en grasas poliinsaturadas (omega 6 y omega 3). Es baja en proteína animal y rica en antioxidantes, fibra y fitoquímicos. Algo que cabe destacar de la dieta es que no solo contempla aspectos alimenticios, sino hábitos de vida saludables como el ejercicio físico y el clima propio de los países próximos al mar Mediterráneo. Es poco habitual que en una dieta se tengan en cuenta aspectos más allá de las macros, micros y kilocalorías, y bajo mi parecer es algo fundamental.
Las ventajas de seguir una dieta mediterránea son que ayuda a mantener un peso saludable, disminuye el riesgo de enfermedades del corazón, presión arterial alta y niveles elevados de colesterol LDL, protege contra la diabetes, contra la enfermedad de Alzheimer y contra la enfermedad de Parkinson, mejorar la salud ocular, reduce el riesgo de enfermedades dentales, propicia la fertilidad, enriquece la función cerebral, protege contra las enfermedades crónicas (reduce el riesgo de síndrome metabólico) y un largo etcétera.
En cuanto a los aspectos no tan positivos entramos en el tan permitido “vino del medio día”, sustancia recomendada que considero prescindible sin lugar a duda. El alcohol no debería estar presente en ningún tipo de dieta debido a los posibles riesgos que pueden suponer para la salud.
Esta dieta es aconsejable también para prevenir y/o paliar ciertas patologías. Para la prevención y tratamiento de la obesidad, la diabetes (PREDIMED) y para conseguir beneficios cardiovasculares. Además, varios estudios demuestran que la dieta mediterránea actúa como protectora contra algunos tipos de cánceres. Se observó que la dieta mediterránea prevenía y reducía un 24% la mortalidad por cáncer durante el seguimiento de cerca de 22 000 individuos durante más de 4 años. De hecho, se ha planteado que la dieta Mediterránea podría prevenir un 25% de los casos de cáncer colorrectal, un 15% de cáncer prostático y endometrial y un 20% de cáncer mamario.
Para concluir, la dieta mediterránea es una buena referencia para seguir a diario debido a la gran variedad de alimentos de calidad que incluye. Además, es una dieta que propicia el consumo de producto de temporada, proximidad y kilómetro 0, algo imprescindible para subir el sistema inmunitario y las defensas del cuerpo humano.
Paula Llofriu García
Periodista y Comunicadora
Especialidad en Salud